jueves, 7 de mayo de 2009


Esta vez,
yo quería quererlo querer
y el no.
Así que se fue,
me dejó el corazón
en los huesos
y yo de rodillas.
Desde el taxi,
y, haciendo un exceso,
me tiró dos besos...

uno por mejilla.
Tanto lo quería,
que, tardé, en aprender
a olvidarlo, diecinueve días
y quinientas noches.

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